A veces el bebé no se agarra enseguida. Y eso puede deberse a muchas cosas:

  • Nació por cesárea y está más adormecido.

  • Fue un parto muy largo o muy rápido.

  • Tiene reflejos activos o tensión en la boca.

  • Está sobreestimulado o simplemente necesita tiempo.

También influye el estado emocional de la mamá, la postura en la que se ofrece el pecho, y si hubo intervenciones médicas en el nacimiento. Incluso un simple cambio de ambiente puede favorecer el primer agarre.

Nada de eso implica que no va a lograrlo. Con calma, observación y algunas herramientas, se puede acompañar ese inicio sin forzar.

¿Qué podés probar si no se prende?

  • Piel con piel en silencio y sin apuro: ayuda a que el bebé se autoregule y despierte su reflejo de búsqueda.

  • Buscar una posición más cómoda para ambos: muchas veces el cambio de postura mejora el agarre.

  • Extraer unas gotas de leche antes: esto puede facilitar que el bebé se interese y se prenda.

  • Evitar estimularlo en exceso: menos estímulos = más conexión. Bajá luces, ruido y cantidad de personas.

  • Sostenerlo sin exigir: a veces, solo necesita sentirte cerca para intentarlo después.

La lactancia es un encuentro entre dos. Y como todo vínculo, a veces necesita tiempo, paciencia y acompañamiento.

¿Todavía te cuesta? Podemos verlo juntas. Coordinemos una consulta de lactancia para acompañarte en este proceso. Agendar consulta de lactancia.

 

Cierre:
Criemos juntas con calma y conexión ❤
Vicky Polleri – Psicóloga, Puericultora y mamá de 3 👦🏻👦🏼👧🏻